domingo, junio 29, 2008


EL DESPERTAR SEXUAL DE LAS MUJERES CHILENAS


Por siempre recatadas, frenadas, temerosas de la opinión de la sociedad, las mujeres chilenas hoy buscan lo que siempre les perteneció; el derecho a ser felices en todo aspecto, incluído el sexual.

Por Augusto Scarella Arce

Es casi la una de la mañana y dentro de un conocido pub de la zona oriente de Santiago, cuatro amigas de toda una vida, se reúnen para el encuentro semanal, club de lulú, amenizadas por un par de pisco sour que apuraron antes del cierre de la promoción 2 por 1, "happy hour".

El turno ahora es de un ron, con bebida light para la conciencia, mientras el tema de discusión se ha tornado un poco más íntimo. Tres de ellas interrogan a la restante, quién cercana a los 40 de existencia, casada y dos hijos, ha decidido tener un amante.Las intervenciones son variadas, pero ninguna sola en contra de la desición adoptada, sino por el contrario, las alianzas pro coordinaciones que seguramente necesitará la amante, se suceden así como diversos consejos para no ser cazada en sus escarceos.

Es el despertar sexual de las chilenas, que alentadas por los amplios saltos cualitativos en su lucha por la igualdad de género no reservan hoy, los affaires amorosos a los tradicionales machos y buscan el mejor exponente al alcance de la mano, para dar rienda suelta a sus pasiones, acabar su rutina y agregar cierta dosis de la entretención por lo prohibido en sus vidas.

En la mesa del pub, las risas son lo único audible para un posible espía. Con miradas inquisidoras las féminas alientan a su amiga a tomar "la sartén por el mango" y pasar a la ofensiva con el galán que ha seleccionado, quién al parecer, se ha asustado ante la novedosa osadía.

Porque ellas eligen actualmente. La sinergía de la seducción ha variado notablemente en el país de las costas alargadas. La mujer, estudia, analiza y selecciona su objetivo masculino, casi siguiendo los mismos preceptos de los machos en plan de conquista. Al momento de determinar que solo desean una relación sexual placentera y sin complicaciones, los sentimientos y su rol femenino quedan guardados en la cartera hasta el retorno a casa.

Los motivos de ello son variados. Desde deficiente comportamiento en la cama, pasando por la inexistencia de la innovación de la relación y hasta la necesidad de ser escuchada, son causantes que la mujer, cansada de inhibirse en pos de la satisfacción de su pareja, quiera reunir todo aquello en un amante, que le otorgue lo que en casa no le han sabido entregar.

Ser designado por una de ellas, no es fácil. Amén de los serios requisitos a fijar, que comúnmente son aquellos tópicos que les alejan del lecho, el control remoto, absoluta atención, limpios y ordenados y una total ausencia de sesgo machista, los candidatos deberán idealmente mantener otra relación que impida los llamados telefónicos, mensajes o mails indeseados que hagan peligrar la férrea seguridad que este tipo de relaciones debe poseer para no morir en el intento.

Una vez cumplidos los parámetros, el seleccionado deberá comprender que el sexo que se le solicitará escapa a toda imaginación beata, por tanto asumir que una fiera lo atacará, será una buena opción de prevención.

¿Podríamos los machos culparlas?

Bueno, el que esté libre de culpa, que lance la primera piedra.

Por ello, hoy las relaciones de pareja deben ser cuidadas, innovadas, toleradas y por sobre todas las cosas, dejar un espacio de tiempo donde ni la nana, los niños y la mamá, puedan interrumpir y no me refiero exactamente al sexo, sino que luego de él, sostener ese diálogo que generalmente se torna profundo, donde la palabra te amo, cobra un especial significado.