miércoles, septiembre 19, 2007


Daniella Campos:

“Siempre está en la mente formar una familia y tener hijos, pero aún no ha llegado el momento”

Por Augusto Scarella Arce


Un personaje provocador. Con una imagen pública no exenta de conflictos, Daniella Campos Lathrop, soltera sin hijos, ex modelo, técnico en turismo, corresponsal de Ejército, animadora y hoy opinóloga, no deja indiferente a nadie. Peleas públicas, relaciones sentimentales con personajes famosos, acusaciones de todo tipo nunca probadas, hacen que la futura periodista simplemente obvie lo que de ella se comente o publique. Ha enseñado a su grupo familiar a tomarlo de la misma forma.


Iniciadora del periodismo rosa – por su romance con Iván Zamorano- y farándula nacional, llenaba columnas de diarios y revistas con historias del corazón, que mantenían expectante al público y a los periodistas que cubrían esta disciplina.

Con un porte y talle envidiado por sus colegas de televisión, sumado a un notorio dominio escénico, la ex Miss Mundo Chile 1998, efectuado en las islas Seychelles donde obtuvo el cuarto lugar, logró a su regreso a Chile la tribuna que mantiene hasta hoy. Su motivo de incursionar en el periodismo, fue casual, debido a su desempeño en el programa de TVN “Buenos días a todos”. El director Mauricio Correa, le planteó la posibilidad de profesionalizar su puesto de comentarista de espectáculos. Desde ese entonces, considera que es la carrera que más se ajusta a sus afanes de comunicar. Ello constituye una verdadera reinvención de su figura pública, reflejando la pasión y seducción que le provoca el rol de comunicador social. Su mundo actual, ha ido modificándose para dar paso a la futura periodista que pretende llegar a ser.

Sus sueños, ideales y desarrollo de su proyecto de vida, conforman el objetivo de esta entrevista realizada una tarde de septiembre, tras uno de sus ajetreados días de trabajo. Y es que Daniella se reparte entre sus grabaciones del programa SQP de Chilevisión, animaciones, reporteos, pautas y eventos. En la tranquilidad de su hogar, sus libros del maestro Osho y su perro que la acompañó durante nueve años, le ayudan “a recobrar fuerzas para soportar la vorágine de actividades en que estoy sumida”, nos dice Daniella.

Si ya está en las comunicaciones ¿Por qué estudiar periodismo?

Me fascinan las comunicaciones. Puedo aportar más en esa área, con los conocimientos que me entrega la Universidad para desempeñarme en lo que trabajo actualmente. Comunicar es una actividad difícil, evaluada por quienes te escuchan ven o leen y eso es día a día.

¿A que se debió que congelara por dos años sus estudios?

Tuve que congelar por razones personales. Me vi sumida en una depresión producto de la muerte de mi mejor amiga que me llevó además a suspender casi todas mis actividades de ese entonces, entre ellas dejar la televisión, la Universidad y mi pareja de ese entonces.

¿Cree poder aportar al actual periodismo social o de farándula, sacarlo de la baja estima que se tiene de esa sección?

La baja estima se tiene del tema, porque el diálogo y la temática baja mucho de nivel a veces debido a los escasos profesionales que se encuentran en la competencia hoy en día.

¿Hablas de la competencia y no del SQP?

Nuestra competencia directa son tres programas. “Intrusos” de la Red, por ejemplo, los conductores son periodistas y solo uno de sus panelistas. En “Mira quién habla” de Megavisión de seis panelistas, solo la mitad son profesionales de la prensa. En el caso de “Alfombra Roja” de canal 13, solo la conductora Diana Bolocco, quién nunca había ejercido la profesión es periodista. En nuestro caso, de los nueves panelistas, solo dos no son periodistas. Ello lleva a que el trabajo realizado sea mucho más riguroso. Por ello mis ganas de estudiar y ser profesional. Subirle el tono al debate, más allá del comidillo público que conozco tan bien. Lo he sufrido en carne propia. Pero, contrario a lo que se piensa, la farándula es una industria bullante en Chile. Las cifras económicas así lo ratifican.

¿Quiere mantener su imagen de rostro público con los costos que ello significa?

Yo tengo asumido mi cuento hace ya mucho tiempo. No me interesa ni me afecta lo que digan de mí. Pero obviamente como periodista no pretendo ser la noticia, aunque en mi trabajo, como todos los que estamos en televisión, uno nunca deja de serlo.

¿Siempre en TV Daniella? ¿O podríamos verla en otros medios?

Yo estoy presente desde ya en medios escritos. SQP tiene una revista, en la cual escribo y he logrado incluso ser portada con uno de mis artículos. Escribir para mí constituye una faceta que pocos conocen. Tengo incluso por ahí, algunos inéditos que pienso algún día, publicar.

¿Y que hay del plano personal?

Con mi pareja actual mantenemos el más profundo de los anonimatos. Ni a él ni a mí nos interesa contaminar la relación con terceros, entre ellos, la siempre escudriñadora prensa del ambiente. Si algo he aprendido, es que el plano personal se debe mantener absolutamente separado del trabajo.


¿Usted siempre transmite una imagen de sonrisa permanente….. ¿No tiene momentos de pena Daniella Campos?

La muerte ha marcado mi vida. Primero mi hermano, luego mi mejor amiga. Hace tres días atrás mi perro, que fue mi gran compañero durante nueve años. Siento que cada vez me quedo más sola.

¿Si se siente tan sola, está en sus planos formar una familia a corto plazo?

Felizmente llevo un año ocho meses de relación con mi actual pareja, quién me ha apoyado. Siempre está en la mente formar una familia y tener hijos, pero aún no ha llegado el momento.

María Eugenia Villarroel; madre del fallecido Alejandro Inostroza:

“COMO LE VOY A PERDONAR A ESE CRIMINAL CÓMO MATÓ A MI HIJO”
Dos semanas atrás, se conoció el fallo de la Sexta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, que anuló el juicio oral en contra del homicida Aarón Vásquez, obligando a las partes, a comenzar todo de nuevo. Vásquez se encuentra cumpliendo su, ahora, anulada condena, por haber dado muerte con un bate de beisbol al malogrado ALEJANDRO INOSTROZA, en una riña ocurrida en la plaza Pedro de Valdivia, la madrugada del 28 de Octubre del año pasado.


Por Augusto Scarella Arce

Lo pequeño de la sala en que se efectúa la audiencia del juicio oral; el enfrentar al asesino de su hijo; jornada tras jornada, compartir el estrecho espacio con la familia de la contraparte; la presión de los medios de prensa y el miedo a los fallos adversos, son algunas de las preocupaciones que llenan el día a día de María Eugenia Villarroel.
El calvario comenzó en la madrugada del 28 de octubre del 2006, cuando un llamado telefónico le advirtió de la trágica noticia: su único hijo había sido herido de gravedad en una pelea callejera y se encontraba en estado crítico en la Clínica Santa María.


Una semana después, Alejandro falleció. Las graves complicaciones que le significó haber recibido un golpe en la cabeza con un bate metálico de beisbol, propinado por el joven de 17 años, Aarón Vásquez, le arrebató finalmente la vida.


Su madre y su abuela, se enfrentaron de la noche a la mañana con un hogar vacío. El joven que les llenaba la vida y las preocupaciones se había ido, para siempre. “No he tocado nada de su pieza, hasta el día de hoy”, señala su madre con la vista perdida en el vacío, reflejo de su alma inconforme.


Tras ocultarse por un periodo de tiempo, el joven Vásquez se entregó a la justicia, iniciándose un juicio por su responsabilidad en los hechos de esa fatídica madrugada.


El sistema judicial fue bastante condescendiente con él. El octavo juzgado de garantía de Santiago, tribunal que conoció inicialmente la causa, resolvió dejarlo en libertad desde el principio.


Ello generó airadas reacciones de María Eugenia, quién sospecho que el crimen quedaría impune. Se vio implicada en serios altercados en aquellas audiencias, en su desesperación e impotencia.


La apelación a la libertad generó dividendos positivos al afán de justicia de los Villarroel; Vásquez hubo de volver a prisión, en el mes de enero del presente año, sólo ocho días después de otorgado el beneficio.


Lo peor no tardó en venir. El inicio del juicio oral trajo consigo desagradables encuentros con la cruda realidad. Fotos, declaraciones, macabras recreaciones de la trágica suerte que había corrido Alejandro.


El fallo de la causa amenazó la cordura de esta madre. Tres años de régimen semicerrado fue la sanción que la justicia determinó para el joven asesino.


El peregrinar de María Eugenia no ha parado desde entonces. Su deseo de justicia la ha hecho tomar fuerzas de quién sabe dónde, y recorrer, golpear puertas y pregonar a los cuatro puntos cardinales que su hijo merece justicia.


“Agradezco a los medios de comunicación. Ellos en gran parte han sido los que han logrado que mi caso sea escuchado en todas partes”. El anhelo de justicia la motiva a seguir viviendo, a levantarse día tras día.


Su cruzada personal tuvo éxito. El fallo que la acongojaba fue revertido el pasado jueves. “Como le voy a perdonar a ese criminal cómo mató a mi hijo”, nos dice, como respuesta a si lo suyo es producto de un ciego afán de venganza.


“Alejandro era un hijo ejemplar. Su vida era su madre, su abuela y su deporte; la bicicleta”, confidencia con orgullo. “Debo honrar su memoria haciendo justicia en su nombre, haciendo pagar al criminal que lo mató”.


El nuevo juicio aún ni siquiera comienza a tomar forma. Las audiencias deben ser fijadas y el proceso repetido. “Ahora; sí que creo en la justicia” señala al consultarle si ha perdido la fe en el sistema judicial, que ya había fallado en el caso de Aarón Vásquez.


“Sé que lo que viene es terrible. Pero no descansaré hasta que la memoria de mi hijo sea honrada”, indica con emoción contenida. Extraña percibirla tan segura, asumido su dolor y pérdida, preparada para defender lo que considera justo.


María Eugenia deberá recorrer aún un largo camino, para determinar que hará luego de que el caso se cierre. “No lo he pensado”, dice dubitativa. “Por de pronto, para estos días del 18, haré limpieza en la pieza de mi hijo”.


Y es que María Eugenia en su secreta intimidad, aún espera que Alejandro haga sonar las llaves en la puerta de entrada del hogar que ocupasen juntos hasta su partida, terminando con la pesadilla en que ha estado sumida hace ya casi un año atrás.