miércoles, diciembre 26, 2007


¿FELIZ? NAVIDAD

Por Augusto Scarella Arce

Cuando ya se extinguen las últimas velas de celebración de la pasada navidad y mientras los bancos y casas comerciales comienzan a preparar los estados de cuentas para el próximo pago de mensualidad -al mismo tiempo que los primeros regalos empiezan a quedar abandonados a su suerte- o derechamente destruidos en manos de algún frenético dueño, cabe hacerse un tiempo para considerar ciertos hechos que nos ayuden la memoria para las venideras oportunidades.

Este año, por lo incierto de la bolsa o quien sabe que otra medida económica, los bancos incitaron de manera casi increíble (un pato rostro de uno de ellos en pleno pesebre navideño) a los consumidores a gastar lo que fuese necesario y pague cuando quiera, siempre que lo haga con onerosos intereses en los que nadie repara al momento de hacer realidad el sueño del querubín, la “gorda” o el “chanchi”.

Pesebres sepultados por paquetes que contenían la prueba demostrable del desfase económico familiar que se vivirá los próximos meses en algunos hogares. ¿Y que hay del real sentido de la navidad?. Tímidamente pregonado por la iglesia católica, (considerando que la fecha esa institución conmemora unos de los motivos primordiales de su añosa existencia). Del resto de la sociedad nacional; que decir.

Bastaba mirar las frenéticas carreras del 24 en la tarde o los días anteriores. Y de la noche misma también, esta vez saludando a la parentela. Uno que conozco, con toda desfachatez salió a bailar con la polola porque el 31 estará trabajando. ¿Habría pesebre en la disco?

Llegó el 24 y la hora de la ceremonia misma. Bajo el árbol, que pocos tienen claro quién y porqué se anexó a la ocasión, a horas indistintas -puesto contados saben el sentido de la misma- se despliega el botín bajo la atenta y rapaz mirada de los asistentes. Los niños en su gloria; mientras más presentes, mejor.

Pregunta a un niño en plena ocasión: Para que quieres tantos regalos?
Respuesta: No sé. Pa` jugar.

Otra pregunta al mismo niño: Porqué recibes regalos?
Respuesta: Porque es navidad.

Pregunta nuevamente: Y que es navidad?
Respuesta: ¿Tenís pilas?

Y que decir de los adultos. Un diálogo al azar:

- ¿Viste lo que regaló mi hermano?
- Si poh. Cagao no má. Si esta forrao en plata, las porquerías que trajo.
- ¿Y cachaste a su mina?. No dijo ni gracias por lo que le entregué.
- Puhhh, pa mi que no le gustó. Parece que piensa que era medio rasca el regalo pa` ella.
- Queeee? La ordinaria es ella. ¡A mí no me trajo ná!

Quién realmente se divierte en la navidad son los niños. Ellos, desconocen de ceremonias y valores; solo esperan que ojalá el “viejito pascuero” se haya acordado de ellos, así como los acreedores se acordarán de papá y mamá si no recuerdan el pago de los “max steel, transformers, mp3”y otros similares.

Al resto de los mortales solo nos queda pasada la fecha, pagar las cuentas (de las de dinero y de las otras si se nos ha olvidado algún regalo) y esperar pacientemente que esto algún día cambie; que los valores se rescaten y el sentido del real espíritu navideño llegue de vuelta.

Mientras tanto; ¿Feliz? Navidad a todos.


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