lunes, octubre 15, 2007

Su construcción se iniciaría a principios del 2009; su funcionamiento no se prevé antes del 2015.


REPRESAS EN AYSÉN:



¿SALVACIÓN ENERGÉTICA O APOCALIPSIS AMBIENTAL?



Atarceder en el rio Baker. Cortesía de http://www.ecosistemas.cl/

Por Augusto Scarella Arce

PARA LOS IMPULSORES DEL PROYECTO, CONSTITUYE LA SALVACIÓN ENERGÉTICA HIDROELÉCTRICA. SUS DETRACTORES EN CAMBIO, PREGONAN LA DESTRUCCIÓN DE UN ECOSISTEMA DE INTERÉS MUNDIAL.


ARGENTINA POR SU PARTE, INGRESÓ COMO ACTOR EN LA POLÉMICA, DEBIDO AL SUPUESTO USO DE AGUAS COMPARTIDAS QUE CHILE EFECTUARÍA.



El porqué del proyecto



Un desayuno buffet, con variada cantidad de opciones culinarias, servido en las dependencias del hermoso complejo hotelero "HOTELSA", que funciona desde el año 1984 a cargo de la familia Leiva, insertado en plena Patagonia Chilena, (Coyhaique) fue el escenario en que el Gerente General de HIDROAYSÉN, Hernán Salazar, dio a conocer –el pasado 8 de marzo- detalles del proyecto y la creación de la empresa "Centrales Hidroeléctricas de Aysén S.A".



La empresa pertenece en un 51 % a Endesa Chile y en un 49 % a Colbún S.A. Fue creada en septiembre del 2006, con el objeto de estudiar, tramitar las aprobaciones, autorizaciones ambientales y regulatorias, pertinentes al eventual desarrollo y puesta en marcha de las centrales del denominado "Proyecto Hidroeléctrico de Aysén".



Salazar detalló en esa primera conferencia, los potenciales hidroeléctricos que la zona posee, lo que permitió proyectar la construcción de cuatro centrales en los ríos Baker y Pascua. 8000 megawatts (MW) es la estimación de la potencia que la zona podría aportar, de la que solo será ocupado un 30 %. Asimismo, añadió que actualmente la explotación es de 30 MW que se utilizan solo para consumo local y que el costo de la energía eléctrica en la región es actualmente uno de los más altos del país.



La potencia es la capacidad de desarrollar trabajo mecánico y se mide en watts (W). La energía es el uso o generación de potencia en un período de tiempo y se mide en watts por hora o watts-hora (WH). Así, por ejemplo, una ampolleta de 100 W de potencia consume 50 WH de energía si está encendida por media hora. Un kilowatt (KW) son 1000 watts; un megawatt (MW) son 1.000 KW y un gigawatt (GW) son 1.000 MW.
En otro ejemplo, una página de internet de color blanco como la del buscador Google, requiere 74 watts para desplegarse, y una oscura necesita sólo 59. Si las páginas de Google fuesen de color negro, habría un ahorro de 15 watts por cada usuario (74 versus 59), lo que significaría un ahorro mundial de 8.3 Megawatts diarios, o bien de 3000 Megawatts al año.



Según el representante de la empresa, la elección de los ríos Baker y Pascua, tuvo directa relación con sus grandes caudales y baja variabilidad –ello debido a que son de origen glaciar- por lo que se diferencian de los cauces de otros ríos del territorio nacional.



El proyecto consta de tres fases, siendo la primera la prospección, que incluye los estudios técnicos, medioambientales y sociales, iniciados el 2005 y que debieran finalizar este año. La segunda etapa, considera tramitar los permisos correspondientes, los que debieran estar otorgados en diciembre del 2008. La construcción del proyecto constituye la tercera y última fase, que considera la construcción de la infraestructura, puertos, caminos y accesos, la que sería iniciada tentativamente el 2009 y finalizada el 2018.



Diversos actores; posturas disímiles



"¿ De dónde viene la energía que abastece a Manhattan (Nueva York) con la cual ustedes prenden la luz de su oficina todos los días?. Pues, de centrales hidroeléctricas de Canadá, que llega a Estados Unidos por líneas de transmisión de 2000 kilómetros de longitud, igual como se proyecta en Chile. Entonces, pido un poco de consecuencia".



La intervención, efectuada hace seis meses atrás en las oficinas de NRDC en Nueva York, (Natural Resources Defense Council, Consejo de Defensa de los Recursos Naturales), una de las ONG medioambientales más poderosas de Estados Unidos y fue realizada por Bernardo Matte, presidente de Colbún. En la oportunidad, se informó detalladamente de los alcances del proyecto a los representantes de esa organización no gubernamental, quienes, según Matte, utilizan la bandera de la defensa medioambiental para obtener millonarios fondos, por lo que es casi imposible hacerlos cambiar de opinión.



En relación a una de las recriminaciones que se efectúan sobre el proyecto, el presidente del directorio de Colbún es enfático en señalar que existen 330 mil hectáreas actualmente inundadas entre ríos y lagos y que Hidroaysén solo contempla inundar 5.500, por lo que "malamente podríamos inundar toda la Patagonia" explicó.



Los grupos contrarios al proyecto se pueden dividir en tres. El primero, constituido por aquellos que viven en Aysén o tienen vinculaciones muy estrechas con la zona. El segundo, el de las ONG extranjeras, puesto la Patagonia es conocida mundialmente y ello les permite hacer recolección de fondos con resultados multimillonarios. El tercer grupo, liderado por Douglas Tompkins y las personas cercanas a él, que cuestionan básicamente el modelo de desarrollo occidental y por desglose, la construcción de las represas.



El cuestionamiento de estos grupos es coincidente. Plantean que la región metropolitana concentra el 40 por ciento de la población y el 50 por ciento del producto interno bruto, pero produce solo el 12 por ciento de las exportaciones. A su vez, produce el 60 por ciento de la basura y concentra el 50 por ciento de los vehículos y sigue creciendo con una inmigración anual de alrededor de 200 mil personas.



El Comité de Defensa de la Patagonia sin Represas, señaló que el año 2004, Santiago consumió del orden de 15000 gigawatts hora (GW-H), que significan aproximadamente el 30 por ciento del consumo nacional. Sin embargo, solo produce 4.130 GW-H, lo que constituye un déficit de más de 10.000 GW-H. Concluyen que, si Santiago continúa creciendo, exportaría el impacto ambiental a la región de Aysén, proveyendo esa región, energía barata y no contaminante, a costa de destruir la diversidad de fauna y flora existente; es decir, afectar totalmente el ecosistema natural.



Por su parte, el Gobierno a través del ministro de Obras Públicas, Eduardo Bitrán, en relación a los proyectos de Endesa en Aysén, ha instalado en la percepción del público la idea que las represas y el sistema de transmisión asociado son un hecho consumado.



Bitrán, ha reiterado que los recursos hidroeléctricos de Aysén "van a tener que usarse", sosteniendo que ésta es una opinión de consenso al interior del gobierno.



El personero incluso "excusó" a la Presidente Bachelet por no haber dado hasta ahora su apoyo explícito al proyecto, señalando que la Mandataria, debe esperar a que se realicen los estudios de impacto ambiental. De esta manera, el ministro da a entender que la voluntad presidencial a favor del proyecto existe, pero que la mandataria para manifestarla debe esperar la legitimación de la CONAMA, (Comisión Nacional del Medioambiente).



Argentina así mismo, no ha querido estar ausente del problema. Con la tesis de que las aguas a utilizar en las represas nacen en dos lagos andinos (el Carrera y O'Higgins) cuya soberanía comparte con Chile, han llevado a cuestionar el proyecto nacional.



La Cancillería chilena respondió prontamente a las dudas trasandinas, señalando que los proyectos no contemplan la ocupación de recursos hídricos compartidos, pues no afectarán la cota mínima de los lagos fronterizos y se localizarían aguas abajo, añadiendo asimismo que los proyectos "aún no se encuentran del todo diseñados". Ello, aquieta el problema por el momento, pero el Senador Juan Antonio Coloma (UDI) indicó que "me recuerda la forma en que se inició el litigio fronterizo entre Uruguay y Argentina por la papeleras", lo que podría convertirse en un nuevo diferendo con el vecino país.



¿Salvación energética o apocalipsis ambiental?



El discurso de los proponentes muestra escasos aspectos relacionados con las comunidades locales, concentrándose en generalidades y detalles básicamente económicos y políticos de alcance global y nacional. El mayor interés de las empresas hidroeléctricas es evitar mencionar los intereses locales y regionales, intentando otorgar a su iniciativa un sentido nacional de carácter estratégico y convertirlo en un proyecto "país", que de no concretarse, implicaría riesgos para la sociedad chilena. Con ello, se busca convencer a las autoridades políticas y a la sociedad nacional sobre la impostergable e incuestionable necesidad de ejecutar estos proyectos. La empresa procura no referirse a sus intereses netamente comerciales, así como contraer cualquier compromiso en términos de desarrollo regional.



Los empresarios opositores por el contrario, intentan demostrar que las actividades económicas que ellos lideran son las que se integran y anclan mejor en las condiciones ambientales, naturales y socioculturales de la región, evitando cualquier mención a la actual situación de pobreza, abandono y aislamiento que sus proyectos no han sido capaces de superar.



Los organismos ambientalistas adoptan una posición esencialmente ecológica y unas narrativas que tienden a ensalzar las virtudes de la naturaleza, sociedad y culturas regionales. Como en todos los discursos anteriores, no existen pronunciamientos que analicen la actual situación de estancamiento productivo y demográfico, como tampoco respecto a las alternativas que proponen sus argumentos.



Por último, la sociedad civil, adopta un discurso muy semejante a los empresarios opositores y sectores ambientalistas, enfatizando las virtudes del medio ambiente natural y sociocultural, la necesidad de cimentar las formas de vida y producción tradicionales y el interés por participar en la toma de decisiones.



Desde el punto de vista de la sustentabilidad del desarrollo nacional, el país dispone de numerosas fuentes energéticas no convencionales y su implementación, junto a efectivas políticas de ahorro, podría tornar redundante la construcción de represas hidroeléctricas. Chile concentra máximos de energía solar a escala mundial, dispone de una altísima cantidad de energía eólica (la que se obtiene a través del viento) en su largo litoral y la energía mareomotriz podría ser extraída desde canales y fiordos que se desaguan siguiendo a las mareas en los archipiélagos del sur, además de contar con fuentes de energía geotérmicas en la totalidad de su territorio.



La región de Aysén es única en el país porque cerca del 90% de su territorio está cubierto con parques nacionales, reservas y monumentos naturales, lo que demuestra que el legislador apreció en su momento la verdadera potencialidad de la región, es decir la conservación de la naturaleza y el desarrollo de actividades que no la dañaran. Lo que no aseguró el legislador, fue la implementación de las medidas e inversiones necesarias para convertir a la región en un centro mundial de interés turístico, científico y recreacional.



Se puede asegurar con certeza los daños que la construcción de las represas previstas significará para el medio ambiente natural y sociocultural observando lo ocurrido con proyectos similares en el país y el resto del mundo.



No se puede afirmar con igual seguridad si en las próximas décadas cientos de miles de turistas estarán dispuestos a pagar lo que sea por visitar una región como Aysén, donde se encuentran algunos de los paisajes más bellos, naturales y no contaminados del planeta, puesto que al interceder directamente en el ecosistema, afectará la virginidad de aquellas zonas casi inexploradas, una de las pocas en el mundo.



Es entonces dable razonar, que la solución energética del problema nacional no debería ser solucionada con un gran costo medioambiental, considerando el hecho de las variables que la extensa faja de terreno chileno posee, antes de intervenir en una zona que nuestros descendientes y el resto de la humanidad, poseen los mismos derechos de disfrutar, tal cual lo hemos efectuado nosotros.

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